La terapia centrada en el niño es un tipo de terapia que, como su nombre lo dice se enfoca en lo que el niño desea realizar. En este tipo de terapia se busca la expresión espontánea de las emociones del niño. En este tipo de terapia se deja al niño expresarse como desee, el niño guía la sesión y el terapeuta lo sigue. Es importante dejar que el niño avance a su paso y no forzarlo a contestar preguntas u obligarlo a hablar sobre temas. Por esto, el terapeuta debe de estar atento a los mecanismos de defensa que el niño utiliza y a responder a estos, de forma que se siga el hilo de la conversación, de la forma en cómo el niño lo desee.
En la terapia centrada en el niño se busca que sea él quien observe su comportamiento a través del juego. Para poder llevar a cabo este tipo de terapia es bueno observarlo en su vida cotidiana, para determinar el comportamiento “problema”. También es importante conocer al niño en un lugar que sea conocido para él y en donde él se sienta más seguro.
Durante la primera sesión, se le debe permitir al niño explorar el cuarto de juegos y se le deja en claro que puede hacer lo que desee durante el tiempo en que permanezca allí. Durante este tiempo el terapeuta lo observa e interactúa con el niño, teniendo el cuidado de no dirigir lasacciones del niño.
Estudiar la conducta de los niños es más que solo eso, el terapeuta tiene que descubrir el origen de las conductas y que su mayoría derivan de los padres que ejercen presión que muchas veces es innecesaria.
Hacer lo correcto no siempre es lo correcto, los padres quieren lo mejor para sus hijos aun sin darse cuenta que fuerzan al niño sin tener la capacidad ni el desarrollo que se requiere para hacerlo, abandonando lo que para un hijo es más importante el amor, la aceptación, compresión, pertenencia.
Pues en los hogares cuando se les rechaza simplemente se les deja abandonados a su suerte pero además se les reprocha por no ser lo que los padres quieren, negándoles el amor de padres. Pero todo se justifica en que el niño es el problema y no los padres o la familia.
Los padres como la base que forma al niño deben de aceptar a su hijo tal y es, valorando sus habilidades y trabajar con ellos para que así el niño no se sienta presionado y que esto luego se vuelva un ejercicio pesado que tendrá consecuencias negativas.
Dejar al niño ser libre es dejarlo conocer y al final él encuentre lo mejor para él. Los padres llenan de cosas que al niño no le llenan, dándoles todo no asegura que el niño tenga las habilidades suficientes para conducirse.
Los padres tienden a culpar al niño del fracaso pero al final se dan cuenta de que el error siempre estuvo en ellos. La vida emocional de un niño tiene por ley estar acompañada de sus padres pero si estos se rehúsan a dárselo el hijo no encontrara su integración.
La terapia es efectiva cuando los padres aceptan que existe un problema en ellos para luego obtener ayuda para ellos mismos. Nadie más sabe cuántos niños son rechazados por estas circunstancias que los propios padres desconocen. Pero existe una gran posibilidad de que el niño se llegue a encontrar.

Opinamos que la terapeuta, al inicio de la terapia lo hizo con dificultad, por la propia actitud del niño, ya que los padres no se mostraban interesados en la posibilidad del cambio en su hijo. Aun así la terapeuta no juzgo en ningún momento al niño, desarrollando una relación amigable, la cual el niño acepto. Dejo que el niño se expresara de cualquier manera en el cuarto de juego, interviniendo únicamente en los momentos en los cuales el niño precisaba ayuda o él mismo se la pedía, dejando así que fuera el mismo niño el que guiara las situaciones.